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6 razones para jugar con minimundos

Descubrí los minimundos y me volví “adicta” a proponer a mis hijos nuevos materiales. 

No solo de cara a ellos, sino que mi vida ahora está constantemente pensando en las piezas sueltas. 

El mundo es una oportunidad maravillosa para descubrir nuevos materiales y plantearlos para la creación de distintos escenarios en el hogar o en cualquier espacio de juego. 

Cuando conocí la Teoría de las piezas sueltas de Nicholson algo vibró dentro de mí que me llevó a enfocarme en este tipo de propuestas lúdicas. Especializarme en minimundos me ha llevado a viajar por distintas zonas de Navarra y alrededores, ofreciendo talleres para grandes y peques donde la creatividad está en pleno apogeo. 

Aquí te cuento 6 razones por las que jugar con minimundos

  1. Diversidad y autenticidad. Los mini mundos son una actividad cuyo fin es abierto; y nunca será igual a la anterior propuesta. 
  2. Creatividad. Es un juego creativo al 100%. La pieza puede ser cualquier cosa y es el niño el motor de darle forma. Algo que aporta que cada niño le dé la forma que considere y le apetezca o nazca desde dentro. 
  3. Juego de roles. Pueden suceder distintos roles en cada una de las situaciones. Entre los materiales en sí o entre los propios niños. Poder observar esto me parece un privilegio, un gran aprendizaje y una variedad de lo más “pura”. 
  4. Desarrollo de la imaginación. El hecho de que las piezas en sí tengan vida propia y puedan ser el todo o la nada, hace que los actores que participen en un taller así lo hagan desde la más pura inocencia, conectados con su esencia y con el juego en sí mismo. Y nos lleva a desarrollar la imaginación para buscar esa historia o esa conexión que es única para cada persona.
  5. Inspiración y pensamiento. Los minimundos ofrecen inspiración ya que el mundo en sí puede llevar a otro escenario u otra posibilidad. También ofrecen diversas  posibilidades de pensamiento entre los jugones que lo practican. 
  6. Aprendizaje a través del ensayo – error. Otra de las razones por la que jugar con minimundos, es la capacidad de aprendizaje. Cuando colocamos un objeto y se sujeta, o se cae, si una pieza se mantiene de pie sobre otra o no; las sensaciones con distintas texturas… El ensayo error como aprendizaje lúdico. 

Así que como ves, jugar con los minimundos es una oportunidad maravillosa de disfrutar de nuevos conceptos y experiencias, siempre a partir del juego. Ese motor que tanto nos regala.